“Aguardamos expectantes la nueva Ley de Inversiones”
Página Siete/ La Paz
El embajador de España en Bolivia, Ángel Vázquez Díaz de Tuesta, dijo que los inversores extranjeros están en un «compás de espera”, aguardando «expectantes” la aprobación de la nueva Ley de Inversiones, que establecerá el marco regulatorio de sus futuros negocios en Bolivia.
Afirmó que las empresas españolas nacionalizadas por el Gobierno boliviano están inmersas en procesos de negociación para obtener una «indemnización justa”, pero advirtió de que si esas negociaciones fracasan o se alargan indefinidamente, los inversores quedarán con la «sensación” de que en Bolivia no existe seguridad jurídica.
Página Siete – ¿Cuál es el balance de este primer año y medio de gestión?
El primer año y medio, para todo embajador que llega al país por primera vez, tiene el aliciente de conocerlo, empaparse de su cultura, viajar por sus diferentes regiones, conocer su sociedad y sus autoridades. Es un reto que está lleno de dificultades porque es algo nuevo, pero también muy estimulante. Yo puedo decir que Bolivia, que es un país que yo no conocía, me ha ofrecido muchos aspectos desconocidos e interesantes. Estoy muy satisfecho desde el punto de vista personal. Desde el punto de vista profesional he podido percibir algo que yo ya sabía. Las relaciones de España con Bolivia tienen muchísimos elementos que te obligan a un mayor trabajo que en otros países, donde la relación es más leve. Ha habido algunos problemas, sin duda, pero creo que, con la ayuda de todos, algunos han podido superarse. Es natural que existan dificultades. Lo importante es tener mecanismos para superarlos.
Página Siete – ¿Cuáles son los principales problemas que usted ha visto?
España tiene una presencia empresarial muy importante. Durante este tiempo han tenido lugar las nacionalizaciones. Las autoridades españolas y yo en particular hemos insistido mucho, porque creemos que es un punto de principio, que los gobiernos, sean de Bolivia o de cualquier otro país, tienen todo el derecho a decretar nacionalizaciones por razones de política económica o de soberanía. Jamás hemos discutido una decisión de esta naturaleza, pero lo que sí hemos pedido, cuando se produce, es que haya concertación, sobre todo que haya un arreglo para la indemnización correspondiente, porque así lo prevén los acuerdos bilaterales de los que Bolivia es parte y las reglas internacionales en esta materia. En algún momento se han podido producir dificultades por el modo en que han tenido lugar las nacionalizaciones, pero con el paso de los meses las autoridades bolivianas han iniciado unos procesos, en los que estamos embarcados ahora, para resolver estos problemas, estableciendo una negociación que permita fijar un precio adecuado. Tanto el presidente Morales como el vicepresidente García Linera y algunos ministros han estado en España y nos han dado seguridad de que efectivamente su gobierno tiene la voluntad de resolver este asunto de manera amistosa y mediante la negociación.
Página Siete – ¿Se ha superado el trauma del bloqueo del avión presidencial en Europa?
Yo creo que sí se superó. Fue un momento difícil. Tuvimos aquí unos tratos muy intensos con la Cancillería para intentar reconducir la situación, mostrando nuestra buena voluntad. Al fin y al cabo, fue un incidente penoso para el Presidente. No es menos cierto que en este caso España se vio involucrada contra su voluntad. Fue algo que no sucedió en España, ocurrió en otro país, y nos vimos un poco arrastrados. Desde el primer momento intentamos resolverlo de la mejor manera. Finalmente pedimos excusas al Gobierno boliviano por la situación que se había producido y las autoridades bolivianas las aceptaron. Creo que la confianza ha quedado restablecida en los términos que estaba anteriormente.
Página Siete. – ¿Qué programas y proyectos se están ejecutando en este momento?
La relación bilateral tiene muchos componentes. Tiene un componente económico que es fundamental. La presencia empresarial española en Bolivia sigue siendo potente. Es uno de los países que tiene más empresas españolas. Somos, según el Banco Central de Bolivia, el primer inversor, con unos 1.000 o 1.100 millones de dólares anuales. España debe tener en Bolivia unas 40 empresas. El Gobierno boliviano tiene una situación de caja saneada y eso le permite abordar muchas obras públicas y necesita la participación de empresas foráneas. España y otros países participan en las licitaciones con mucho éxito. Ése es uno de los elementos fundamentales de nuestra presencia aquí, proteger a nuestras empresas, asesorarlas, acompañarlas en el proceso de establecimiento en Bolivia.
Con las empresas viene personal capacitado. Por ejemplo, gran parte del personal que trabaja en el teleférico de La Paz es español. Teniendo en cuenta las circunstancias culturales y lingüísticas de Bolivia, la compañía austriaca que está instalando el teleférico ha preferido traer un equipo español. También está la cooperación, que se anticipó en el tiempo a las empresas. Hemos cumplido 25 años de presencia y la cooperación es fuerte, aunque han disminuido sus recursos como consecuencia de la crisis económica, pero también por una razón más positiva: Bolivia se ha desarrollado y no es la misma de hace 25 años. La cooperación no requiere de los mismos recursos de antes, pero se mantiene de manera importante en aquellos sectores que el Gobierno ha determinado. Se concentra en la educación, la cultura, la gobernabilidad democrática, agua y saneamiento. La cooperación asciende actualmente a 25 o 30 millones anuales de euros (33,9 o 40,7 millones de dólares).
Página Siete. – ¿Cómo afecta la crisis económica de España a las inversiones en Bolivia?
La crisis, que felizmente estamos superando, ha provocado una participación más activa de las empresas españolas fuera de España. Al haber disminuido las oportunidades de negocio en Europa, muchas empresas están muy internacionalizadas. Algunas de esas empresas no tienen su principal volumen de negocio en España, sino fuera. Para citar una de las más significativas, Repsol. Su actividad está repartida por el mundo entero. La crisis ha acentuado esa tendencia y el volumen de inversión español fuera de España, sobre todo en Latinoamérica, que es el ámbito más atractivo para nosotros. En el caso de Bolivia, se ha mantenido prácticamente en los mismos términos, salvo por lo que se refiere a las empresas que han sido nacionalizadas.
Por otra parte, en Bolivia hay un marco regulatorio que se está construyendo. La nueva Constitución supone desarrollar diferentes leyes básicas. Muchas leyes que afectan a la economía o a las inversiones extranjeras están en proceso de elaboración. Estamos en un compás de espera, desde el punto de vista empresarial, hasta que este nuevo marco legal se clarifique; las empresas están un poco expectantes. Me refiero básicamente a la norma más importante: la Ley de Inversiones, que establecerá el marco regulatorio de las futuras inversiones en Bolivia. Obviamente, los inversores extranjeros esperan conocer las estipulaciones de esa ley para saber cuál es el mejor camino para seguir.
Página Siete – ¿Hay seguridad jurídica en Bolivia? ¿Qué se percibe tras las nacionalizaciones?
Obviamente, una empresa nacionalizada siente que en cierto modo se le corta la respiración a la hora de decidir qué hacer en el país donde ha sufrido esa decisión. Hoy nadie discute que una nacionalización se pueda hacer por razones determinadas. Forma parte de lo que se entiende por soberanía económica de un país. Pero lo importante no es solo eso, sino también ver los procedimientos de arreglo de las controversias que puedan surgir tras la nacionalización, encontrar fórmulas pactadas. De lo contrario, se puede dar la sensación de inseguridad jurídica. Actualmente, las empresas nacionalizadas en Bolivia se encuentran inmersas en procesos de negociación para obtener una indemnización justa. Si esos procesos se saldan de una manera satisfactoria, tanto para el Gobierno boliviano como para la empresa afectada, yo creo que el mensaje será óptimo. Si no se resuelven de modo positivo, si el proceso se alarga indefinidamente, obviamente la sensación no será tan buena.
Salvo las cuestas que hay en La Paz, Bolivia es un país muy fácil
Ángel Vázquez Díaz de Tuesta responde con sentido del humor a la pregunta sobre las dificultades políticas que enfrenta un embajador español en tierras plurinacionales, al que el Gobierno anfitrión le recuerda de manera permanente el pasado colonial de su país. «Salvo las cuestas, es un país fácil”, dice.
Según el diplomático, no es lo mismo trabajar en Hispanoamérica que en un país distante en cultura e idioma. «Éste es un continente con el que tenemos una cercanía especial y cuyas claves comprendemos. Entendemos mejor no sólo las claves, sino también el idioma. Esos elementos crean un marco de estabilidad y de referencia que es muy positivo”, sostiene.
«Cada país tiene su gobierno, sus políticas y la labor del diplomático no es aplaudir a ese Gobierno, sino llevarse bien con él. En eso el embajador Vázquez invierte sus mayores esfuerzos.
«Implica respetar sus decisiones soberanas. Bolivia es un país que insiste mucho en eso. Creo que es importante respetar la política del Gobierno e intentar aportar dentro de ese marco: nosotros somos así, ustedes son así, en qué podemos coordinarnos, en qué podemos colaborar, en qué podemos acercarnos. En eso consiste la labor de un diplomático. Su tarea es acomodarse al lugar y aportar con la mejor voluntad y respeto. Con esta premisa, no diría que éste es un país difícil en absoluto”, sostiene con convicción. Hace un año y medio que vive en el país.
Los bolivianos en España están en buena situación
La demanda de visas para viajar a España ha disminuido. Ya no se ven las colas en los consulados que se veían en el pasado. Muchos emigrantes bolivianos han retornado como consecuencia de la crisis económica, pero muchos se han quedado, plenamente integrados. «La comunidad boliviana en España goza de una buena situación”, resume el embajador Ángel Vázquez Díaz de Tuesta.
«Según las últimas cifras del Ministerio de Economía boliviano, casi el 50% de las remesas que recibe Bolivia proviene de los bolivianos radicados en España. Es un dato impresionante e ilustrativo”, dice. En España hay unos 180 mil bolivianos establecidos, cifra considerable como comunidad. Sus aportaciones a la economía boliviana son a la luz de estos datos muy relevantes, afirma el diplomático.
«Eso denota que la comunidad boliviana, aparte de ser numerosa, trabaja mucho y contribuye decisivamente a la riqueza del país. Yo creo que los bolivianos están bien integrados, la mayoría en situación legal, y su situación es buena en términos generales. Hay otras comunidades que tienen más dificultades, pero no es el caso de los bolivianos”, sostiene.
Una prueba de su integración, dice, es que unos 6.000 bolivianos han adquirido la nacionalidad española en 2013.
Fuente: http://www.paginasiete.bo/nacional/2014/1/19/aguardamos-expectantes-nueva-inversiones-11795.html