Buenas prácticas en el enfoque de género de los programas de agua.

La integración de las mujeres no es sólo una cuestión de derechos sino una forma de mejorar la sostenibilidad y gestión de los sistemas que impulsa la Cooperación Española.

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Mejorar la participación de la mitad de la población en la gestión del agua y promover el enfoque de género en los programas es uno de los objetivos prioritarios de la Cooperación Española.

En base a las recomendaciones extraídas de la Evaluación Intermedia, el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) realizó en 2019 un diagnóstico de integración del enfoque de género en sus programas para conocer cuál era la participación de las mujeres en las tomas de decisiones, las oportunidades que el agua había traído para la generación de ingresos, la capacidad de las intervenciones para cambiar los roles tradicionales, la integración del enfoque de género en el fortalecimiento institucional o la creación y fortalecimiento de las redes y su participación como agentes en la toma de decisiones.

1. PARTICIPACIÓN EN LA TOMA DE DECISIONES:
El acceso al agua potable es una necesidad básica para la vida y son las mujeres las que más sufren su carestía, porque realizan las tareas reproductivas y de cuidado en los hogares.

A pesar de esta división sexual del trabajo, cuando se analizan los espacios de uso y control del agua se descubren desigualdades de género entre los tiempos de dedicación y la participación en las estructuras comunitarias que gestionan y deciden sobre el recurso. Los programas de agua que promueve la Cooperación Española en América Latina tienen en cuenta esta desigualdad y promueven la participación femenina en las estructuras de poder: se desarrollan como involucrarlas teniendo en cuenta las roles y jerarquías de género, al igual que las posibles barreras legislativas, se han incluido a las organizaciones de mujeres en los procesos participativos y de consulta y se han establecido indicadores de medición.

Gracias a los programas del Fondo del Agua casi 800 mujeres forman parte en puestos de responsabilidad de los comités de agua potable.

– Panamá: En el marco de los programas se ha fomentado la creación de una Escuela de Lideresas, enfocada en de la capacitación y el empoderamiento de lideresas de las regiones indígenas de intervención en la provincia de Ngäbe-Buglé, con el objetivo potenciar la participación femenina en las Juntas de Agua y Saneamiento, y en otros espacios comunitarios de decisión.
– Guatemala: Considerando que muchos de los roles de participación en las Juntas requieren como mínimo saber leer y escribir, e incluso algunos como tesorería requieren capacidades matemáticas básicas, varios de los programas cuentan con iniciativas de alfabetización de mujeres para mejorar y asegurar su participación activa en las Juntas de Agua.
– Nicaragua: A través de la iniciativa PARAGUA, integrada por varias ONGD y con financiación de AECID, se elaboró la guía «Avanzando en la equidad de género en la gestión comunitaria del agua», como herramienta que se puso en práctica. en áreas como la participación de mujeres en la gestión del agua, división sexual del trabajo, fortalecimiento de capacidades de género de las organizaciones, etc.
– Colombia: Se fomentó la creación de comités de derechos de las mujeres, enfocados al empoderamiento y a posibilitar su participación en los espacios de toma de decisiones Durante la ejecución del Programa de Alcantarillado en el Barrio Nelson Mandela, al establecer la estructura de participación de la población beneficiaria, se promocionó la creación de un Comité de Derechos de las Mujeres, que además de salvaguardar la participación, y la representación de sus intereses, trató otros temas que afectaban en su vida diaria, como discriminación, violencia, cargas domésticas, etc.
– Bolivia: Se ha impulsado la participación activa de las mujeres en cuanto a la decisión de las soluciones técnicas, especialmente para el saneamiento en poblaciones rurales dispersas (tipo de tecnología, ubicación, diseño de la estructura, entre otras). En este caso, se dio especial protagonismo a las mujeres, que se vincularon al hacer aportaciones sobre la colocación de las puertas y las alturas de las mismas, con la finalidad de incrementar la seguridad para ellas y los menores.

2. OPORTUNIDADES PRODUCTIVAS:
La llegada de agua potable no es solo un beneficio para la salud, sino que en ocasiones trae aparejada la creación de empresas productivas (con más tiempo para ellas las mujeres pueden dedicarse a otras tareas), así como su integración en el mercado del trabajo del agua. Estas son algunas de las prácticas que ha promovido el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento en diversos países.

– Honduras: Para la integración del personal operario de las infraestructuras de agua y saneamiento construidas por el programa, se utilizó una bolsa de trabajo municipal y un proceso de formación de tres meses, en el que se incluyeron mujeres y hombres, al mismo tiempo se trató de integrarlas en los beneficios económicos derivados del propio programa.
– Bolivia: El programa desarrollado en ciudades intermedias incluyó un plan de capacitaciones para mujeres en plomería (oficios no tradicionales), que les permitió el acceso a un mercado laboral generalmente vinculado a los hombres, y también ejercer mayor liderazgo en los espacios de toma de decisiones para la gestión de agua y saneamiento.
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​3. TRANSFORMACIÓN DE ROLES TRADICIONALES:
«Muchos de la comunidad nos dijeron: A vos no te conviene esto, esto es trabajo de hombres. Pero yo les dije: por qué no, si nos sentimos capaces de hacerlo, por qué no lo vamos a hacer. Y aquí estamos, ahora ellos nos respetan y nos ven como trabajadoras del sistema de agua», explica Rina Yesenia Betancourt fontanera en Chinandega, región rural de Nicaragua. La inserción de las mujeres en los programas de agua ha sido uno de los principales logros de las operaciones y ha contribuido a la sostenbilidad y calidad de los mismos.

– Bolivia: Se involucró tanto a hombres como a mujeres en el mantenimiento y limpieza de las soluciones individuales de saneamiento construidas (baños ecológicos secos), tanto a nivel domiciliar como en las escuelas. Con la finalidad de repartir las cargas y no crear una extensión del trabajo reproductivo, se estructuró una intervención que, de manera comprensiva, trató de incorporar a toda la familia al mantenimiento y limpieza de estos sistemas, superando los roles de género tradicionales.
– Nicaragua: Los programas desarrollados junto con las ONG Amigos de la Tierra y Alianza por la Solidaridad establecieron indicadores vinculados con la transformación de roles de género en los trabajos incluyendo formación de mujeres fontaneras y administradoras de las Juntas de Agua y el apoyo a las actividades productivas relacionadas con la protección de los recursos hídricos. Así, se define que al menos el 40% de las participantes en las capacitaciones en operación y mantenimiento, administración y gestión de los Comités o educación ambiental sean mujeres.

4. INTEGRACIÓN DEL ENFOQUE DE GÉNERO EN EL FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL
La Cooperación Española y la acción de los programas del FCAS de la mano de las instituciones españolas del agua, han contribuido a mejorar los marcos jurídicos de los países para fortalecer el sector y la gobernanza del agua, teniendo en cuenta la perspectiva de género.

– Bolivia: En el marco de los programas de Bolivia se ha potenciado los procesos de fortalecimiento institucional, y se ha apoyado en la construcción de la Estrategia Nacional de Agua y Saneamiento para el Área Rural y Pequeñas Localidades (ENRA), dentro de la cual se incluye la transversalización del enfoque de género como un elemento fundamental, atendiendo las necesidades prácticas e intereses estratégicos de las mujeres, y asegurando su participación. La Estrategia es producto del trabajo realizado por parte del FCAS con las instituciones ejecutoras (especialmente, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua) y las aportaciones y apoyo de diversas consultoras expertas del país.
– México: El programa impulsó la inclusión del enfoque de género en la estructura interna y en las actividades del organismo operador, e incluirlo como temática transversal en las organizaciones municipales que trabajan temas de medio ambiente, salud, agua y saneamiento, articulando las acciones con el Instituto Municipal de la Mujer y el IMTA (Instituto Mexicano de Tecnología del Agua)

5. ACCIONES DE MITIGACIÓN DE IMPACTOS NEGATIVOS
La intervención en el territorio y la modificación de los hábitos tradicionales del acarreo del agua pueden tener un impacto en la vida de las mujeres. Por eso las operaciones del FCAS impulsadas por el Fondo del Agua junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han implementado medidas para minimizar los riesgos o molestias generadas por las obras o infraestructuras.

– Paraguay: En este programa se impulsó la creación de Acuerdos entre la población beneficiaria, las empresas constructoras y las entidades beneficiarias/ejecutoras de uno de los programas, con el objetivo de minimizar las situaciones de riegos o molestias generadas por las obras, y con capacitaciones de enfoque de género a los trabajadores de las empresas constructoras. El control del cumplimiento de estos acuerdos quedó bajo el paraguas de la entidad ejecutora, que realizó una integración de la perspectiva de género dentro de los Términos de Referencia asociados a la licitación del contrato, focalizándose principalmente en la integración de la capacitación obligatoria del personal de ejecución de la empresa a través de módulos relacionados con la sensibilización en igualdad de género y contra las violencias machistas.

En el análisis del enfoque de género se han realizado, además, las siguientes recomendaciones. En primer lugar, que las propuestas incluyan -un diagnóstico y en base a ello, la propuesta/plan de acción o trabajo de género para el programa. Esto pasa por que las acciones dirigidas a mejorar la igualdad entre hombres y mujeres sean aterrizadas con indicadores y resultados, y presupuesto en los documentos de planificación. Además se recomienda asegurar la institucionalización de la perspectiva de género, a través de las estructuras e impulsar el desarrollo de una política de género dentro de la institución Y pasa además por establecer un plan de seguimiento y monitoreo de los procesos de plan de género. Y por último, se recomienda el lenguaje inclusivo en documentos, tdrs, puestos de trabajo, etc.