Red de Expertas AECID. El reto de la gobernanza del agua

21/03/2023 15:00  |  AGUA Y SANEAMIENTO

Avanzar hacia la consecución del ODS 6 -Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas va más allá de llevar agua potable a los hogares. Natalia Gullón, del Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento de la Cooperación Española, defiende en esta tribuna la necesidad de una buena gobernanza del agua para alcanzar el ODS 6.

 Un grupo de mujeres participa en una asamblea sobre gestión del agua en una zona rural de Guatemala. Foto: FCAS/AECID

En el mundo, 2000 millones de personas carecen de acceso a agua potable gestionada de forma segura, esto es, una de cada cuatro. Sin seguridad hídrica, la población no puede mantener sus medios de vida, ni su bienestar y desarrollo socioeconómico. Además, los ecosistemas se dañan y aumenta la contaminación. La clave para evitar todo esto es la denominada gobernanza del agua, que depende de un delicado equilibrio de factores que provocan que el derecho al agua no sea todavía una realidad para la población mundial

Por Natalia Gullón

Garantizar la seguridad hídrica se hace cada vez más difícil. Factores como la urbanización acelerada, el aumento de la población y el creciente aprovechamiento del agua para los diferentes usos se suman a los efectos del cambio climático, dificultando la capacidad de las poblaciones para disponer de agua suficiente en cantidad y calidad, de forma segura y continuada. Esto se agrava especialmente en entornos de pobreza, donde es más complicada la adaptación a los cambios en los patrones hídricos y a los fenómenos extremos, como las sequías y las inundaciones.

Y no se debe sólo a que el agua sea un recurso escaso o a que esté mal repartido. Aunque ambos factores influyen, una de las principales causas de la inseguridad hídrica tiene que ver con la gobernanza del agua, un complejo proceso en el que entran en juego principios, objetivos, instituciones, procesos y normas. Así, por ejemplo, en algunas zonas de América Latina y el Caribe, pese a contar con recursos hídricos suficientes para responder a la demanda de la región, se enfrentan a una situación cada vez más complicada para satisfacer las necesidades de su población.

Avanzar hacia la consecución del ODS 6 -Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas- va más allá de llevar agua potable a los hogares. Implica también el mantenimiento de los sistemas, el uso de tecnologías apropiadas, el adecuado tratamiento de las aguas residuales, la conservación de las fuentes (manantiales, ríos, acuíferos), los ecosistemas acuáticos y la gestión de las cuencas hidrográficas, así como la capacidad de adelantarse a las situaciones de estrés hídrico conociendo la situación de las reservas. Y a todo ello se suma la necesidad de que existan instituciones fortalecidas que puedan gestionar todo el proceso, de forma integrada, inclusiva y participativa, a través de políticas públicas y estrategias de gestión y planificación acordes a las necesidades.

Es, en definitiva, un complejo puzzle en el que todas las piezas son importantes y que configura lo que se denomina Gobernanza del Agua, que establece el marco de referencia para la toma de decisiones y la adecuada gestión del agua.

El reto es prioritario y urgente en una situación en la que todavía hoy 2.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable gestionada de forma segura y 3.600 millones carecen de saneamiento básico. Hemos de pisar el acelerador y convertir 2023 en el año de los compromisos. Los estudios de Naciones Unidas alertan de que se debería trabajar cuatro veces más rápido de lo que se está haciendo para logar las metas establecidas en el ODS 6. Y para dar impulso al cambio, del 22 al 24 de marzo se celebra la Conferencia del Agua de Naciones Unidas, un encuentro en que se presentará la Agenda de Acción para abordar la crisis mundial del agua y que quiere ser un punto de inflexión para conseguir el cambio requerido. 

De hecho, el lema para el Día Mundial del Agua nos invita a «Ser el cambio», animando a la población a poner en marcha iniciativas en sus propias vidas para cambiar la forma en la que usamos, consumimos y gestionamos el agua disponible.

¿Pero cómo podemos avanzar más rápido? En el Marco Mundial de Aceleración del ODS 6 que se puso en marcha durante la sesión de julio de 2020 del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, se identifican cinco aspectos que van a ser clave para lograrlo: la financiación, la disponibilidad de datos e información, el desarrollo de capacidades, la innovación y el impulso a la buena gobernanza. Aspectos imprescindibles en los que España, a través del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento ha hecho especial hincapié desde su origen, y que guían sus propuestas para el futuro.

La Conferencia de Naciones Unidas que comienza este 22 de marzo será un momento clave para seguir profundizando en ellos y establecer acuerdos y compromisos que marquen el rumbo de los próximos años con un objetivo común: dotar de servicios de agua y saneamiento sostenibles a los millones de personas que todavía hoy carecen de ellos.

La postura de nuestra cooperación será siempre la de impulsar la consecución de estos dos derechos humanos cuyo logro contribuirá además a alcanzar los objetivos de desarrollo de contenido medioambiental y los relacionados con la salud, la nutrición, el desarrollo rural y, por supuesto, la equidad de género y la educación.

Por Natalia Gullón, consejera técnica del Departamento del Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento de la AECID